Una sana relación con nuestros adolescentes
Cuando llegan a nuestra vida, los hijos se convierten en nuestra prioridad en atenciones y cuidados. En ese momento no pensamos en que van a crecer y se convertirán en niños, adolescentes y adultos algún día; estamos tan emocionados que es lo último que pensamos. ¿Cómo debería ser la sana relación con nuestros adolescentes?
Pasan los años, van creciendo y poco a poco van demostrando quiénes son, cuáles son sus necesidades, sus intereses y sobre todo, su temperamento y carácter, es entonces cuando nos percatamos que en muchas ocasiones no podemos tener control sobre ellos. Nos preguntamos, ¿qué paso, en dónde está el niño amoroso y tranquilo con el que yo podía tener cariños y se dejaba abrazar?, ¿por qué ahora le pido algo y me hace caras, para la “trompa” y tuerce la boca?, ¿qué puedo hacer?
Eso amigos míos es el inicio de muchos y diferentes cambios que tendrán nuestros hijos, para sobrellevarlos y tener una sana relación con nuestros adolescentes tenemos que tomar en cuenta lo siguiente:
- Asumir que ya crecieron.
- Están comenzando a descubrir que tienen voz y voto; por instinto lo que hacen es rebelarse ante la autoridad. No importa quien sea.
- En la adolescencia hay una constante, la experimentación. ¿Recuerdan cuando nuestro hijo adolescente tenía entre 2 y 3 años de vida, siempre estaba subiendo y bajando de todos lados, se metía todo a la boca, y teníamos que estar al pendiente de él en todo momento? Comía, dormía, jugaba, se enojaba, hacía berrinche (por eso le llaman los terribles 2 años). Ahora están en esa segunda etapa de descubrimiento y de ajuste en su vida.
- Lo más inteligente es adaptarnos a eso, ser tolerantes y firmes en las reglas y límites en los que estamos dispuestos a negociar con ellos. Mantener nuestra posición como LÍDER DE LA FAMILIA.
- Aprender a negociar con ellos. Recordemos que hay cosas que no son negociables y otras en las que podemos soltar el control un poco, así sentirán que ellos tuvieron ganancia.
- Nunca dejemos de decirles que los amamos, y si ellos lo permiten, abrazarlos. Digo si nos permiten, porque habrá ocasiones en las que no quieran que nos acerquemos. Hay que dejarles saber que cuando necesiten un abrazo siempre estaremos dispuestos a dárselos, solo nos tienen que buscar.
- No hay que gritarles, nada aleja más a una persona que los gritos.
- Debemos APROVECHAR QUE AUN VIVEN EN NUESTRA CASA Y QUE TODAVIA PODEMOS TENER CONTROL Y AUTORIDAD SOBRE ELLOS.
- No desgastemos la relación por cosas que no valen la pena.
- Seamos un ejemplo para ellos. Si ellos ven que tenemos una buena relación con los demás y nos comunicamos de manera abierta y respetuosa, es probable que ellos nos imiten. Recordemos que somos su modelo a seguir, no podemos exigir a nuestros hijos, lo que nosotros como madres o padres no hacemos.
LA ADOLESCENCIA ES LA SEGUNDA OPORTUNIDAD QUE NOS DA LA VIDA PARA REPARAR LO ERRORES QUE HAYAMOS COMETIDO EN LA INFANCIA DE NUESTROS HIJOS, mejoremos la relación con nuestros adolescentes.
Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com
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