Michael Phelps, la enseñanza después de los Juegos Olímpicos
Michael Phelps es sin duda el atleta mas laureado de todos los tiempos. Nació el 30 de junio de 1985 en Baltimore, Maryland. El también llamado “la bala de Baltimore” tiene múltiples records y títulos internacionales que no alcanzaríamos a mencionar en esta breve reseña. Sus más grandes logros comienzan en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 donde consiguió 6 medallas de oro y 2 de bronce. En Beijing 2008 obtuvo 8 medallas de oro y en Londres 2012 totalizó 4 oros y 2 platas. Culmina su carrera en Rio de Janeiro obteniendo 5 oros y una plata para un record histórico de 28 medallas, 23 de ellas de oro. Este es un logro que difícilmente puede repetirse por otro atleta en cualquier disciplina.
¿Pero que hay detrás de la vida de un gran atleta? Cuando Michael Phelps era pequeño, desde el nivel preescolar las maestras se quejaban de él, ya que era un niño demasiado inquieto. Nunca estaba sentado en clase y se movía todo el tiempo. Sus manos nunca estaban quietas y su madre siempre recibía quejas.
En la escuela primaria una maestra le dijo a su madre que el niño no tenía talento y que difícilmente podría sobresalir en algo. Su madre que era maestra de profesión se involucró con la escuela de su hijo para darle el apoyo que necesitaba. Tenía problemas con algunas materias y ella lo apoyó con tutores para mejorar su desempeño escolar. Al mismo tiempo le inculcaba el deporte como parte de su formación. Al pasar los años los maestros seguían llamando a su madre diciéndole que el niño era muy inquieto, que hablaba mucho y se movía constantemente. Cuando estaba por salir de la primaria su madre lo llevó al médico quien le dio la noticia que su hijo tenía el trastorno de déficit de atención con hiperactividad (TDAH).
Su madre se percató que la práctica de la natación lo motivaba y le permitía canalizar esa energía que parecía inagotable en él. Por otra parte el talento era innato y sus entrenadores descubrieron tempranamente su potencial para convertirse en una gran estrella del deporte.
Michael Phelps fue víctima de bullying por su aspecto físico, sus grandes orejas y largos brazos, su estatura y delgadez. Fue etiquetado por sus maestros y compañeros de la escuela. Lo veían como una persona sin mucho futuro. A pesar de ello su madre creyó en él y nunca lo lo dejo solo, ella lo ha acompañado a lo largo de su vida y carrera deportiva.
Cuando se etiqueta a una persona, esta se termina creyendo lo que las otras le dicen. Esto puede afectar enormemente a los adolescentes. Los padres a veces también etiquetamos a nuestros hijos y al hacerlo coartamos su desarrollo personal. Nosotros tenemos la responsabilidad de darles a nuestros hijos las herramientas para enfrentar la vida, darles las fortalezas que ellos necesitan para que puedan valerse por sí mismos cuando nosotros ya no estemos cerca de ellos. Debemos ser cuidadosos en medir nuestras palabras con nuestros hijos y nunca menospreciarlos o ser ofensivos con ellos. A veces no tenemos conciencia del impacto que tienen las palabras que les decimos a nuestros hijos.
RECUERDA: DILE A TUS HIJOS LO QUE TÚ QUIERES QUE SEAN.
Platica con tus adolescentes de la vida de este gran atleta y cómo pudo superar sus limitaciones gracias a sus dedicación y perseverancia; y tú como la madre de Michael Phelps, cree en tu hijo y nunca te rindas.
Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com
Todos los derechos reservados © Tu Adolescente.com 2014 – 2016