Los adolescentes y la mentira

Un tema muy importante es el manejo de la verdad y la mentira en la familias, particularmente en los adolescentes.

Los padres nos preocupamos por que nuestros adolescentes no nos digan mentiras. Queremos que ellos sean siempre honestos y sinceros, y que cuando les preguntemos algo nos respondan siempre con la verdad. Resulta contradictorio que algunos padres de familia mientan de manera habitual y por otra parte que esperen que sus hijos no hagan lo mismo. ¿Por qué ocurre esto? A veces los padres lo hacen sin intención, están en el día a día de las actividades cotidianas y sin advertirlo, dicen una mentira. Sin embargo, por pequeñas que estas sean estas mentiras, tienen un efecto negativo en la formación de nuestros adolescentes.

Algunos ejemplos de estas mentiras son: Suena el teléfono en casa y contesta el adolescente. Habla el banco para preguntar por el padre a quien le llaman para cobrarle la mensualidad de la tarjeta de crédito. Entonces el padre se voltea y le pide que les diga que no está en casa. ¿Le resulta familiar la anécdota? Otra es cuando la madre habla a la escuela de sus hijos para decir que sus hijos no fueron a la escuela por estar enfermos, cuando en realidad se fueron de vacaciones.

¿Qué pasa entonces? Los adolescentes se confunden y el mensaje que aprenden es que se vale mentir en determinadas circunstancias. Esto además de restarles credibilidad y autoridad a los padres, les enseña a los adolescentes a eludir en lugar de enfrentar los problemas y responsabilidades.

Si los padres mentimos, estamos condicionando que la mentira forme parte de sus vidas y la de sus futuras familias. Lo que debemos enseñarles es a afrontar los problemas y resolverlos. Es normal que los padres se equivoquen, y está bien que un padre pueda decirle a su hijo: Me excedí con la tarjeta de crédito, aprendí la lección y ahora pagaré mis deudas en plazos, ya hablé con el banco. Espero hijo que tú no cometas este error. Por eso es muy importante que entiendas que la mentira no está permitida al seno de las familias.

Debemos ser más conscientes de lo que hacemos en el día a día. Debemos ser congruentes entre lo que decimos y lo que hacemos. Por eso si queremos que nuestros hijos sean personas honestas y confiables, seamos un ejemplo para ellos.

Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com

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