Adolescentes al volante: mandar mensajes de texto y conducir, una mala combinación
Tan sólo bastan unos segundos de distracción para que se produzcan sucesos que pueden tener repercusiones lamentables el resto de nuestras vidas. Probablemente alguna vez te pasó esto: al estar distraídos utilizando nuestro teléfono, y por no prestar atención por donde caminamos, que calle cruzamos o simplemente por no mirar lo que teníamos enfrente, nos resbalamos o tropezamos y caímos, lastimándonos las rodillas en el mejor de los casos.
Ahora imaginemos que esto mismo ocurre al conducir un auto, con los vidrios arriba y con música a todo volumen. A eso le agregamos la escena en la cual el teléfono nos indica que nos ha llegado un mensaje de texto o voz, ¿les suena familiar?. Ahora pregúntense ¿cuántos adolescentes se resisten a no contestar un mensaje o una llamada?. Cuántos detienen la marcha del vehículo para poder hacerlo, o simplemente toman la decisión de contestar más tarde el mensaje o la llamada. Queda claro que casi ninguno, ¿verdad?.
La verdadera reflexión está en el hecho de que muchos de estos malos hábitos provienen del aprendizaje generado por los propios padres de los adolescentes. Ellos están aprendiendo estas conductas al observarnos conducir sin la necesidad de que les digamos una sola palabra. ¿Recuerdas la frase que te mencionamos antes “predica con el ejemplo”? Es buen momento para citarla.
Cuando estamos conduciendo debemos tener el 100% de nuestra atención al lo que ocurre al frente y a nuestro alrededor. Recuerda además que muchos de los adolescentes en nuestros tiempos están acostumbrados al “multitasking” (el que puede hacer varias tareas al mismo tiempo). Esta generación también esta acostumbrada a la inmediatez, y por ello piensan que pueden mandar mensajes de texto y conducir al mismo tiempo. Piensan: “sólo me distraigo unos segundos en mandar un mensaje de texto, no es para tanto”.
Esta es la excusa que la mayoría de los hijos adolescentes nos da cuando lo están haciendo, pero no se ponen a reflexionar que sólo es necesario un segundo para que su propio destino o el de otras personas cambie para siempre.
Miles de accidentes de este tipo ocurren todos los días, y la cifra aumenta cada año. Los hijos adolescentes siempre piensan: “a mi no me va a pasar”, “yo puedo hacer esto sin problema”, “lo he hecho siempre y hasta ahorita no ha pasado nada”. La mayor parte no están conscientes de que hacer esto aumenta las probabilidades de que sufran un accidente, que ellos u otras personas salgan lastimadas, que terminen con alguna discapacidad, o que mueran.
Manejar y mandar mensajes de texto es un mal hábito que tenemos que erradicar de nuestro comportamiento al manejar, es una amenaza social. Según datos del Consejo Nacional para la Prevención de Accidentes (Conapra) en el año 2014, mandar mensajes de texto y manejar un auto aumentó un 40% las probabilidades de que ocurriera un accidente con consecuencias fatales.
Si un adolescente se distrae 5 segundos conduciendo a una velocidad promedio de 60 kilómetros por hora, esto representa unos 60 ó 70 metros en los cuales no está observando el recorrido y la trayectoria de su automóvil. Es decir, no puede predecir si va a atropellar a una persona, golpear a otro auto o va a volcar su propio vehículo, a veces con consecuencias fatales.
¿Qué recomendaciones debemos darles a nuestros hijos adolescentes ?
1.- Al subir al auto, colocarse inmediatamente el cinturón de seguridad.
2.- No conducir a exceso de velocidad.
3.- Conocer y respetar el reglamento de tránsito.
4.- Escuchar música a un volumen moderado y no utilizar audífonos al conducir.
5.- No ingerir bebidas alcohólicas si van a conducir.
6.- Y probablemente el mensaje mas importante de este artículo: “No hay mensaje que no pueda esperar, y no contestes llamadas mientras manejas, espera llegar a tu destino para hacerlo. Si la llamada es urgente, detén el vehículo en un lugar seguro para contestar. “No existe algo que sea más importante que el respeto a tu propia vida, y la de los otras personas que se crucen en tu camino”.
Prediquemos con el ejemplo, este surte más efecto en nuestros hijos adolescentes que el mejor de los discursos que les podamos dar, ¿no lo crees?
Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com