¿Tu adolescente te hace jetas? ¡No te enganches!
La verdad es que la adolescencia es una etapa maravillosa, es un momento de transformación que llevará a tu hijo a convertirse en lo que sueña. Pero la realidad es que el proceso puede ser muy duro y desgastante, sobretodo cuando las jetas salen a relucir.
Una de esas cosas que hacen difíciles el relacionarte con tu adolescente, son sus “malos modos” para responder cuando les pides que hagan algo, ya sea una orden o un favor.
A quién no le ha pasado que le pides a tu hija que te ayude a poner la mesa y lo primero que hace es tronar la boca, hacer una “jeta” y decirte: siempre me lo pides a mí. ¿Porqué a mi hermano no? Parece algo cotidiano, pero si juntamos todos los “malos modos” que lleva haciendo desde que entró en la adolescencia, entonces la verdad es que ahora esas jetas te dan urticaria, te encienden, ya que estas harta de que siempre se esté quejando.
Pensemos un momento en lo que significan esas jetas y todo lo que puede haber detrás. A mí me gusta comparar la adolescencia con los dos primeros años de vida del ser humano. En aquella época el bebé llora ante sus necesidades, no distingue el hambre de suciedad o la necesidad de afecto. Llora por todo, y con el tiempo la mamá puede poco a poco interpretar el significado de cada llanto, e identificar lo que quiere el bebé. El adolescente quizá ya no llora para expresar sus necesidades o angustias. Más bien hace jetas, truena la boca, y hace todos esos “malos modos” que ya conoces. Entonces estamos frente a la manera como ellos expresan que te necesitan, pero sin saber cómo pedirlo. Cuando era un bebé, no te enojabas ante su llanto. Ahora debes hacer lo mismo, debes entender el significado de esas jetas, de esa gran boca, y así quizá puedas llegar a leer a tu adolescente, sin engancharte.
Algo muy interesante son las investigaciones recientes en las cuales se ha encontrado un crecimiento desproporcionado de los huesos en algunos adolescentes. Suele ocurrir que a los adolescentes les puede crecer el cuerpo de manera asimétrica. A veces tienen más largo un brazo que otro, y en ocasiones los huesos pueden estar en posiciones que para el adulto serían bastante incómodas y para ellos muy confortables. Lo más curioso se da en el rostro, especialmente el de los varones. Parece que a veces el mentón crece más que el resto del rostro. No sé si has notado que a veces tu adolescente está con la boca abierta como si estuviera babeando, pueden entrarle moscas y no se da cuenta. De verdad, si no lo conocieras, pensarías que algo le pasó a su coeficiente intelectual. Lo ves en la mesa o en el sillón con la boca abierta como si hiciera “aaaaaaah”. Bueno, hay cierta necesidad de que eso pase porque su boca está desproporcionada. No te asustes, ahora te puedo decir que “la jeta” de tu adolescente está biológicamente sustentada, no le ha pasado nada a su inteligencia.
Así que si te truena la boca ante algo que le pides, si te enciendes, te enojas, o te da urticaria por su modo de contestar, te voy a dar un par de sugerencias para manejar la mala cara de tu adolescente.
Las jetas y los malos modos son comunes en los adolescentes, incluso hasta hay una explicación biológica para ello. Así como los bebés lloran, los adolescentes hacen jetas. Entonces no es algo que puedes corregir o intentar cambiar, simplemente es algo con lo que no debes engancharte. Debes entender que sí lo puedes dejar pasar, y que si tu adolescente cumple la instrucción, aunque lo haga con su “jeta” o “mal modo”, no importa. Deja pasar la “jeta”; no quedará perfecto, pero se movió, respondió, y ese es el reto en la adolescencia: que responda a lo que le pides, que se mueva, no importa si no lo hace perfecto. Si te enganchas con su “mal modo” y su “jeta” vas a vivir enojada, harta y muy cansada pensando que tu adolescente es muy grosera. Creerás que no te respeta y valora, pero no es así. La “jeta” es algo normal, le pasa a todos los adolescentes, tu eres el adulto y tienes que ser paciente, tolerante y debes aprender a dejar pasar ciertos “malos modos”.
Reconoce cuando sí se mueve, agradece y tolera la “jeta” de tu adolescente porque si te enganchas con sus “malos modos”, pasarás diez años de terror tratando de modificar algo que no puede ser modificado. Mejor enfócate en lo que sí puedes influir, interpreta su “jeta”, aprende a leer sus estados de ánimo, y acompáñalo a cumplir sus sueños.
Uziel Morales Anaya
Maestro en Psicoanálisis.
Maestro en Psicoterapia, niños y adolescentes.
Conferencista
Correo: uziel_moam@hotmail.com
Excelente articulo, información certera bien explicado nunca habia leído algo de esto ahora entiendo vivere mas tranquila y no lo tomare personal, vivía enojada con ella por sus caras y malos modos … Me encanta el sitio GRACIAS!
Pero como evitar que esas jetas no se coviertan en una constante he presenciadon varios casos de adultos que hoy en dia siguen tratando con groseria a sus padres y les ha en malas caras a todo…
Soy mamá divorciada de dos niñas, una de 15 y una de 11, desde que me divorcié ( hace más de 8 años) he estado dedicada a mis hijas al 100% trabajando en horarios matutinos para poder cuidar de ellas en todo momento, lo cual fue muy limitante en cuanto a nivel de ingresos, pero para mi el saber que estuve al pendiente de ellas a cada paso de su desarrollo fue muy satisfactorio, fui la heroína de mi hija mayor por muchos años y ahora poco antes de los 15 años de pronto yo ya era la peor mamá del mundo, no me soportaba y le pidió a su padre irse a vivir con él y su pareja. De pronto de la noche a la mañana ya no sólo eran las caras, eran los juicios, eran las malas actitudes y descalificarme todo el tiempo, echarme en cara muchísimas cosas que según ella nunca recibió de mi, cuando su hermana piensa y siente lo opuesto por ejemplo, es muy difícil comunicarme con ella pues simplemente ha manifestado no estar interesada en que siga siendo parte de su vida y la distancia la siento abismo, todo mundo me dice que es sólo una etapa y que ella reflexionará sobre la realidad de las cosas, pero es muy difícil no sentir que he fracasado como madre, cuando siempre me sentí orgullosa de pensar y creer que honestamente he hecho todo cuanto ha estado en mi poder por darles buenas bases, valores, principios, en estar siempre al pendiente de ellas y crecer con ellas. ¿Cómo asimilar el un día ser heroína y otro la peor madre según ella?
Gracias por el artículo; muy útil y oportuno en mi caso. Sin embargo, tengo una observación: ¿por qué el “abuso” en el uso de la palabra “jeta”? Es una palabra fuerte y entiendo que sea atractiva como gancho para jalar la atención hacia el artículo, pero a lo largo del mismo, se hace un reiterado uso de ella, hasta caer en el uso exagerado, como queriendo ser “liberal” y cotidiano, ¿va por ahí?…..Si Ud. es mexicano (el autor), es una palabra “fuerte” en nuestro contexto; pesada, un tanto grosera. ¿O es como cuando la palabra “antro” era un lugar poco recomendable y, a fuerza de usarla, ya es normal? . El contenido del artículo es bueno, pero este detalle me hizo mucho ruido y siento que le quita seriedad.
Hola Gabriela, muchas gracias por tus observaciones. Sin duda la persona que escribió este artículo en particular es un tanto excéntrica, concuerdo contigo en que esta palabra llega a ser fuerte y chocante. No quisimos editarla tanto por dos cuestiones: una para no alterar la intención del auto al escribir texto, y otra por cuestiones de indexación con Google. Por favor acepta una disculpa por parte de nuestro equipo, no era nuestra intención caer en el absurdo.
Saludos