El adolescente adoptado
Amor genuino, verdadero, incondicional.
La adopción es un tema que antes era tabú, afortunadamente ahora hay más personas que se atreven a adoptar y esto es un regalo para ambas partes. Se basa en una necesidad mutua que llena espacios que antes estaban vacíos.
¡Es un regalo de Dios, un regalo divino!
El por qué o el cómo no interesa, sólo importa el verdadero amor y las ganas de dar y recibir ese amor. Dudas, muchas veces las hay; también miedo, pero conforme creces este desaparece. Las cosas se acomodan solas, como si fueran parte de un rompecabezas. Las oportunidades llegan y sientes todo el amor, atención y aprecias el cuidado que tus padres te brindan siempre.
Esta es una relación es natural, pura, llena de ternura y sinceridad desde su inicio. Se forma una relación inexplicable. Puedes sentir cómo están atentos a cada paso que das, cómo comparten sueños y siempre te apoyan en los tropiezos para salir adelante, juntos.
Y esta relación no sólo se da solo en el núcleo de la familia, se extiende a los abuelos, tíos, primos y amistades; no hay diferencia alguna, te conviertes en uno más, uno más de la FAMILIA.
Habrá enojos, regaños, besos, abrazos, caricias como en cualquier familia, pero siempre con el fin de hacer de ti una mejor persona. Gracias a ello desarrollas virtudes y valores que te hacen una mejor y mas valiosa persona. Mi experiencia al haber sido adoptada es el privilegio de poder tener una familia que siempre me da mucho amor.
Padres no son solamente aquellos que engendran. Para mi la palabra padre es una palabra ¡muy fuerte! Son padres los que caminan contigo, los que ven tus logros y están contigo en las buenas y en las malas. A veces te reprenden para que logres ser una mejor persona, te señalan tus defectos para transformarlos en virtudes. Son padres aquellos que están contigo, los que te dan abrazos cariñosos, que ríen contigo y los que te acompañan en tus momentos de tristeza. A ti también te toca compartir los buenos y los malos momentos, con llantos, risas, chistes, viajes, cumpleaños y siempre tratando de dar lo mejor de ti para ellos.
Mamá, eres la persona que más quiero en el mundo. A pesar de los altibajos en la relación de madre e hija nuestro lazo se hace más fuerte al pasar el tiempo. Por eso te mereces amor, armonía y mucho cariño. Sabes que conmigo no te faltarán las risas y que siempre tendremos momentos hermosos que recordar. Mami te quiero y te querré por el resto de mi vida.
Paulina Vargas R.
Adolescente, estudiante.