¡Descubre nuestra nueva imagen!
Acompañando a los padres con hijos adolescentes
cuando los hijos se van
Adolescencia

Nido vacío, cuando los hijos se van – Parte2

cuando los hijos se van

En el artículo anterior (Parte 1 de Nido vacío, cuando los hijos se van) analizamos cómo podemos acompañar a nuestros adolescentes cuando salen de casa, para estudiar o vivir lejos de nosotros por diferentes motivos. En esta ocasión abordaremos cómo los padres podemos prepararnos para este momento. El impacto emocional para aquellos que no se están listos para enfrentar esta circunstancia, puede ser devastador. Es frecuente que nos hagamos muchas preguntas cuando los hijos se van, y seguramente te harás alguna de las múltiples que se mencionan a continuación:

  • ¿Cómo podemos prepararnos para ese momento?
  • ¿Cómo afecta a la vida de la pareja?
  • ¿Se desintegra la familia?
  • ¿Por qué ya no quiere estar con nosotros?
  • ¿Hicimos algo mal?
  • ¿Regresarán algún día?
  • ¿Será diferente nuestra relación si se van a vivir a otro lado?

Una vez que la decisión se tome, debemos comenzar a planificar. Debemos pensar en todos los efectos positivos que esta separación tendrá. No sólo en el aspecto académico, sino también en todas las ganancias secundarias para nuestros adolescentes. Aprenderán a ser más independientes, a organizarse mejor y a valorar verdaderamente a sus familias y todo lo que tienen en sus hogares.

Muchas veces las madres somos las más afectadas por ser las más vinculadas y cercanas a los hijos. A veces la partida de nuestros adolescentes nos hacen sentir que la familia se esta perdiendo, y eso nos llena de tristeza, a veces, llegando al punto del llanto. Pensamos que ya no tiene mucho sentido hacer otras cosas, pues la razón principal que es la de ser madre, se esta desvaneciendo poco a poco.

¿Cuándo tienes que buscar ayuda profesional? Cuando los síntomas que experimentes interfieran con tu vida diaria. Cuando la tristeza dure casi todo el día, o cuando ocurra frecuentemente. También si presentas problemas para dormir, concentrarte, o si tienes ideas catastróficas. Si presentas estos síntomas, no pierdas el tiempo y acude inmediatamente con un especialista en psicología.

Pero también te tengo buenas noticias. ¿Recuerdas esos sentimientos cuando estabas tú solo con tu pareja y llegó a tu vida tu primer hijo? ¿Recuerdas como te sentías? ¿Pensabas si lo harías bien? ¿Recuerdas cómo pensabas en organizar tu casa, trabajo, familia, tiempo libre, y así con todas tus ocupaciones del día? Ese momento que era de felicidad, también lo era de confusión. Pero tú estabas segura de que te podrías organizar, y disfrutar tu vida nuevamente, en compañía de tu hijo. Pues ahora enfrentas una situación similar, pero con mucha más experiencia y rodeada del amor de tu hijo(s) y de tu pareja. Es el momento de reencontrarte con la persona que eras antes de ser madre por primera vez.

Con la maternidad, pospusimos muchos de nuestros planes a largo plazo. Pero en esta nueva etapa de nuestras vidas, esos planes se pueden volver a poner en práctica. ¿Recuerdas esa carrera o curso que se pospuso por la llegada de tu primer hijo? Pues ahora es el momento para reanudarlos. ¿Recuerdas ese proyecto que querías emprender? ¿El negocio de tu vida? ¿ Recuerdas tus planes para conocer esos lugares que nunca tuviste el tiempo de visitar? ¡Bueno, la lista la pones tú! Ahora es el momento en el que se puede poner en marcha todo aquello que habías pospuesto.

Es normal experimentar una sensación de duelo, y que te cueste pensar en tus necesidades. Esto se debe a que durante mucho tiempo estuviste enfocada y dedicada darle todas la herramientas a tus hijos, pero ahora te toca a ti. Debes sentirte satisfecha y debes confiar en lo que tu les enseñaste. Los pensamientos positivos y asertivos serán la diferencia para superar esos sentimientos poco a poco. El tiempo es la mejor cura.

Te recomiendo seguir estos pasos de tu nuevo plan de vida:

  1. Ten una actitud positiva ante esta situación. Esto hará que sea más fácil esta transición.
  2. Haz un ritual personal y privado en el cual te despidas de manera simbólica de tu adolescente en su cuarto. Debes darle gracias a la vida por esta nueva oportunidad que te da, para que él o ella tengan un crecimiento personal. Debes sentirte satisfecha y orgullosa de haber educado y preparado a tus hijos para enfrentar la vida con sus propios recursos.
  3. Crea un nuevo plan de vida. Anota todo lo que quieras hacer con tu vida y luego establece prioridades. Pregúntate qué es lo primero que quieres hacer, y luego cómo lo lograrás. Recuerda que todavía eres joven y tienes la vida delante de ti. No hay mejor forma de salir de la tristeza y depresión que tener una razón e ilusión en la vida. Mientras más activa estés en este momento, será más fácil transitarla.
  4. ¿Recuerdas como te gustaba a salir con tus amigos? Pues vuelve a hacerlo; seguro tus amigos serán buenos consejeros en este momento, y te harán pasar momentos muy agradables.
  5. ¡Sal de casa! estudia, trabaja, viaja, visita lugares en tu localidad que seguro tienes ganas de conocer o que hace mucho no visitas.
  6. ¡Retoma lo que dejaste inconcluso antes de ser madre o padre! ¡No hay como terminar los asuntos inconclusos, nos dan tanta satisfacción! No te vas a arrepentir, te lo aseguro.
  7. Una forma para que la vida vuelva a tener sentido y que resulta muy gratificante, es el ser voluntario de alguna institución. Analiza la causa en la cual quieres canalizar tu talento y energía: los ancianos, niños, medio ambiente, animales, etc.
  8. ¿Cómo está tu relación de pareja?
    Debes preguntarte si han fomentado los lazos de unión entre ustedes o si sólo estaban juntos por los hijos. ¿Han tomado caminos diferentes en sus vidas? ¿Quieren seguir juntos pues todavía hay amor? Deben darse la oportunidad de reencontrarse, redescubrir por qué decidieron formar una familia. Tómense su tiempo, váyanse de viaje, compartan momentos juntos; y si lo deciden, dediquen momentos a redescubrir el amor inicial de su relación. Encuentren el tiempo para volverse a enamorar y retomen su votos matrimoniales.
    Cada familia manejará esta circunstancia de una manera diferente, dependiendo del número de hijos, pues si hay varios, la situación será gradual. También dependerá del estilo de crianza de cada familia, será más fácil en aquellas donde se favoreció la independencia y será más difícil en las familias donde existe mucho apego.Mientras mejor sea la relación con nuestros adolescentes, el “volar del nido” será sólo una transición que pasará sin dejar daños. Al contrario, será una etapa de mucho crecimiento para ellos. Debemos mantenernos en comunicación cercana a ellos. Debemos siempre darles motivos para regresar a casa a visitarnos. Hay que hacer que lo hagan por agrado y no por compromiso. Debes ser inteligente y no tomar decisiones permanentes basadas en emociones pasajeras. Sobre todo, ten paciencia y confianza en ti misma. Si tienes otros hijos que permanecen en casa, no los hagas sentir que no existen, y que sólo lloras por el hijo que partió. Déjales sentir tu amor y comparte con ellos tiempo, verás que esto será cada vez más fácil a medida que los hijos partan.
    William Shakespeare dijo: “CUANDO LOS HIJOS ESTÁN LISTOS PARA DEJAR EL HOGAR, ES POR QUE AHÍ HUBO UNA BUENA PATERNIDAD”.
    Yo te digo: “ÁMALOS Y DÉJALOS PARTIR, ESA ES LA PRUEBA DE AMOR MÁS GRANDE, CONFÍA EN LO QUE HAS HECHO”.

Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com

Todos los derechos reservados © Tu Adolescente.com 2014 – 2016  

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos necesarios están marcados *