Ser madre de mi hijo adolescente es genial
Muchos se preguntarán cuál fue la razón del título en este artículo. Lo que les puedo decir es que ser madre de un adolescente, al menos para mi, ha sido una etapa muy enriquecedora y plena en mi vida. No les puedo decir que ha sido fácil, en muchas ocasiones he tenido que ejercer mucha tolerancia y paciencia, a pesar de sentir una gran frustración. Siento que me ha ayudado mucho el amor que siento hacia mi esposo, mi familia, y sobretodo amor hacia mi hijo adolescente.
Ha sido una etapa de auto descubrimiento partiendo de lo mas profundo de mi mente, alma y corazón. Me ha ayudado a descubrir cuál es mi misión en la vida y a entender la razón por la cual estaba yo en este mundo. Siempre supe que quería ser psicóloga, que me quería casar y formar una familia. Después de tener a mi hijo, decidí dedicarme tiempo completo a ser mamá y dejar por un rato mi profesión como psicóloga.
Ese tiempo lo disfruté al máximo en las actividades normales de todo niño: las fiestas infantiles, las actividades escolares y las extra curriculares. En fin, todo aquello que la mayor parte de las mamás hacemos cuando nos dedicamos enteramente los hijos y el hogar. Pasé por todas las situaciones que ocurren cuando los hijos son pequeños: alegrías, tristezas, berrinches, risas, enojos, y enfermedades.
Conforme mi hijo fue creciendo y se convirtió en un adolescente me di cuenta que mis retos como madre y psicóloga eran cada vez mayores. Con frecuencia él me ponía a prueba. Fue en ese momento me di cuenta que los recursos que tenía no eran suficientes. Decidí entonces que no quería pasar el resto de la adolescencia de mi hijo estando constantemente en conflicto con él. Así que tomé la decisión de prepararme para poder mejorar mi relación con él.
¡Decidí entonces vivir esta etapa de la mejor manera posible! Comencé a buscar recursos y a estudiar otra vez, investigando y leyendo mucho. Comencé por buscar el apoyo de personas que tenían una amplia experiencia en ese campo. De una cosa estaba segura, que amaba a mi hijo y que quería vivir plenamente esta etapa de su vida junto a él. Por supuesto que hubieron conflictos y retos, pero creo que los tenía que vivir para aprender que nunca hay que dejar de luchar por ellos y que la paciencia, el amor y la disciplina son la mejor medicina para superar esta etapa.
Cuando aprendí a utilizar los recursos que tenía fui adquiriendo mayor seguridad, y esto nos ayudó a pasar satisfactoriamente muchas pruebas como familia. Quizá hubo momentos en los cuales sentía que no estaba a la altura de las circunstancias (a lo mejor por mis propias exigencias), pero seguí intentándolo, estudiando y rodeándome de personas valiosas. Probablemente lo más importante de todo esto, fue que mi esposo y yo convenimos en nuestro propio proyecto de familia, trabajamos en equipo y nos apoyarnos mutuamente.
Ahora con nuestro adolescente, tenemos una relación cercana, disfrutamos mucho el viajar, jugar juegos de mesa, ir al cine, salir a comer o cenar. También le permitimos que disfrute su vida y que tenga una relación cercana con sus amigos, a los cuales también les gusta venir a nuestra casa. La convivencia en general es muy cercana, y aunque él ya no vive en nuestra casa pues ahora estudia en otra cuidad, disfruta mucho cuando puede pasar un tiempo en nuestro hogar. Él mismo me comenta que de sus compañeros, es quien más visita a sus padres. Ahora hablamos y tenemos discusiones a veces muy apasionadas, también nos reímos mucho. Creo que algo que nos ayudó bastante fue que nunca perdimos la fe en cada uno de los miembros de la familia.
La verdad yo disfruto plenamente el ser madre de mi adolescente, lo he visto crecer sano. Me enorgullece saber que los valores que le inculqué están bien cimentados. Me siento infinitamente agradecida por tenerlo en mi vida y soy feliz cuando está en mi casa. Cuando sin ningún motivo vamos en el carro y se recuesta en mi hombro y me dice: “te amo mamá”… ¡eso no lo cambio por nada!
Soy feliz con sus triunfos deportivos ya que es un atleta exitoso. A veces me siento con él a ver los programas de televisión y las caricaturas que disfrutábamos cuando él era pequeño. Vemos fotografías y vídeos de su infancia y recordamos sus anécdotas. Nos reímos y recordamos todo lo que ha pasado en su vida. Yo les aseguro que el ser la madre de mi hijo adolescente es de las mejores cosas que han pasado en mi vida.
Por eso les digo que ser madre de un adolescente te hace enfrentar muchos retos, no te desesperes. Debes prepararte, desarrollar la tolerancia y paciencia necesaria, y sobretodo recordar cada día cuánto lo amas. Yo les aseguro que cada día que pasa me siento más feliz de tenerlo en mi vida.
Es por eso que les digo:
¡SER MADRE DE MI HIJO ADOLESCENTE ES GENIAL!
Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com
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