Enseñemos a compartir a nuestros adolescentes
La forma en la cual TODOS aprendemos es observando a nuestros modelos de referencia, es decir, nuestros padres y abuelos. Los adultos tienden a replicar lo que aprendieron cuando eran pequeños y vivían en la casa con sus padres o con las personas que los criaron. Los festejos se realizan típicamente de una manera parecida a lo cual se estaba acostumbrado. Sobre todo cuando las parejas tienen crianzas y valores similares. En estas celebraciones nunca falta algún miembro de la familia que recuerde al abuelo, padre o hermano y que diga un discurso sobre el legado de un destacado miembro de la familia. Cuando digo: legado, me refiero a sus enseñanzas o aportaciones de esta persona.
Te digo esto porque la forma como enseñamos a nuestros adolescentes será probablemente la misma que ellos replicarán en el futuro, cuando sean adultos. También es muy probable que se comporten de un manera muy parecida a la que aprendieron en casa con nosotros. Si les enseñamos a nuestros adolescentes a ser generosos y compartir lo que tengan con los demás, será mas probable que quieran compartir tiempo con nosotros cuando formen su propio hogar.
En las familias el dinero tiene diferente grado de importancia, dependiendo de los valores y madurez de cada familia. El dinero puede dar estabilidad financiera, proporcionar estatus social, y a veces dar una estabilidad “emocional”. Otras veces el dinero permite adquirir conocimientos y generar trabajos en beneficio de la sociedad. El valor del dinero esta vinculado de manera directa a los valores de cada individuo.
Todos sabemos que el dinero ayuda a hacer la vida más fácil en muchos sentidos, pero depende de cada persona el valor final que se le de. Si el dinero lo utilizamos para vivir la vida que queremos y además lo utilizamos para ser generosos con otras personas entonces el dinero en sí adquiere otra dimensión. Esto no significa que se lo des a cuanta persona veas en la calle pidiendo una caridad. Quizá una mejor idea es donarlo a instituciones en las que tu consideres que tienen una buena reputación y ayuden a una causa que tu favorezcas.
Algo que debemos aprender a apreciar y que para mi es lo que tiene más valor, y que además no se puede recuperar NUNCA, es el tiempo. El tiempo es un valor al que casi nadie aprecia en su justa dimensión. Pensamos que es infinito, y no lo valoramos hasta que se va agotando. Lo triste es que prácticamente no se puede hacer nada cuando se descubre esto.
El tiempo con los hijos, con los hermanos, los padres, los amigos, y con nosotros mismos son momentos que se tienen que aprovechar al máximo, por que el tiempo perdemos, no se puede recuperar. Debemos también invertir tiempo en los demás, en las causas que nos interesan y que impactan positivamente al mundo, sembremos un árbol, marchemos por una causa justa, dediquemos tiempo a un anciano, que nuestros adolescentes aprendan con nuestro ejemplo.
Enseñemos a nuestros adolescentes que el compartir no es solamente regalar cosas materiales, que a veces el mejor regalo es compartir un momento con aquellos que amamos o mejor aún, con aquellos que nos necesitan.
Nunca olvidaré a una señora muy pobre que a pesar de sus carencias donaba su tiempo y dinero para ayudar a las víctimas de una inundación mientras que otros con muchas posibilidades no lo hacían. Necesitamos ser una sociedad mas generosa y altruista, comienza desde tu hogar, enseña a tus adolescentes con tu generosidad e invierte tu don mas preciado con ellos, tu tiempo.
Cecilia Zazueta
Psicóloga
Fundadora y Directora General de tuadolescente.com
Correo: cecy.zazueta@tuadolescente.com
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