Cuando tu adolescente no sigue el camino que tú planeaste para él

Desde que nuestros hijos nacen tenemos planes a corto, mediano y largo plazo para ellos, queremos verlos crecer como seres felices, independientes y nuestro objetivo es lograr que lleguen a ser hombres y mujeres de bien. Nos preocupamos por darles lo mejor dentro de nuestras posibilidades. Alimentarlos correctamente, vestirlos, darles atención médica y la mejor educación. Cuando son pequeños es más fácil guiarlos en este camino y aunque cada niño es diferente, tienden a reconocernos como figuras de autoridad y a obedecernos más fácilmente.

La adolescencia lo cambia todo y nuestros hijos comienzan a darse cuenta de que son individuos independientes que además están ansiosos por experimentar cosas nuevas y definir su personalidad. La bioquímica del cerebro cambia, y las hormonas generan cambios muy notables en sus temperamentos. Se vuelve entonces mucho más difícil que escuchen nuestro consejo y que sigan las reglas. Constantemente se equivocan, pero este es un proceso normal y necesario para aprender.

Cuando nosotros crecimos, nuestros padres nos inculcaron que la mejor manera de ser exitosos en la vida era mediante el estudio. Además nos convencieron de que una carrera universitaria era el camino hacia una vida mejor y a la solvencia económica. Ahora pregúntate a ti mismo cuántas personas conoces con un título universitario que simplemente no ejercen su carrera u otros que no son exitosos en el campo laboral para el cual estudiaron. También reflexiona acerca del número de carreras disponibles cuando tú eras joven y el abanico de posibilidades que se les ofrecen a los universitarios hoy en día. Es por eso que es de vital importancia que el adolescente reciba una orientación vocacional adecuada de parte de uno o varios expertos en el área. Es muy recomendable que visite los centros educativos donde se pretende que estudie y es muy útil que se entreviste con estudiantes de la carrera para recoger sus impresiones y ver el grado de satisfacción que obtienen como estudiantes.

Para muchos padres es muy difícil entender que sus hijos no quieran seguir el camino que los padres planearon para ellos. Que no quieran ser el abogado que continúe el legado de la notaría de su padre; el administrador de empresas que conduzca la empresa familiar a la siguiente etapa de expansión del negocio; o el médico que maneje la clínica de su padre. A veces la aspiración del adolescente es simplemente ser chef o músico. La reacción común de los padres es pensar que los hijos son ingratos, inmaduros y que no valoran todo el esfuerzo que los padres han hecho por ellos para que tengan vidas relajadas y sin penurias económicas. La frustración llega a ser tan grande que se generan conflictos importantes entre padres e hijos. Aquí debes conservar la calma, y dialogar continua y constantemente con tu adolescente hasta hacerlo entender que la educación es básica para cualquier actividad remunerada hoy en día. De hecho el trabajar una temporada es muy saludable para que se den cuenta de lo difícil que es ganarse el dinero, y así ayudarlos a tomar mejores decisiones respecto a su futuro.

¿Qué debes hacer? Lo primero que debes hacer es escuchar a tu adolescente y preguntarle porqué quiere dedicarse a esa actividad. Luego debes explicarle la realidad de lo que puede esperar en el mercado laboral si se dedica a esa actividad. Lo que no debes hacer es menospreciar una actividad humana por que piensas que no está a la altura de tu hijo. Hay chefs que probablemente sean más exitosos y viables económicamente que el médico o abogado más notable de tu ciudad. Hay músicos o deportistas de alto rendimiento que tienen un futuro económico asegurado a temprana edad. Lo más importante es ayudarlos a que sean realistas sobre las posibilidades de éxito en estos campos, pero sí es su pasión, ayúdalos a que sean los mejores en sus áreas, no importando la actividad.

Recuerda también que hay comerciantes que tienen vidas más relajadas y se encuentran mejor financieramente que otros profesionistas que tienen cargas de trabajo muy demandantes y  tienen poco tiempo para dedicar a sus familias.

Otra opción es realizar dos carreras o una carrera y un oficio simultáneamente o consecutivamente para poder dedicarse a otra actividad si una no llena sus expectativas financieras o de vida. Hay tantas historias de hombres y mujeres de mediana edad que lograron rehacer sus vidas económicas cuando al no lograr emplearse en una empresa, se dedicaron al oficio que aprendieron cuando eran más jóvenes.

No dejes de amar y no menosprecies a tu hijo por querer ser diferente. Más bien acompáñalo, oriéntalo, aliéntalo y sobre todo apóyalo para que logre ser ese adulto feliz en la actividad que ha elegido para su vida futura.

Jaime Julio Unda Gómez

Pediatra

Director Editorial de tuadolescente.com

Correo: jaime.unda@tuadolescente.com